Rúbrica
Desfalco en Salud: ¿se atreverá Nahle a castigarlo?
Por Aurelio Contreras Moreno
Aunque intentaron esconderlo y minimizarlo en la agenda pública, el desfalco en
los Servicios de Salud de Veracruz ha terminado por explotar y a la gobernadora
Rocío Nahle no le ha quedado de otra que denunciar, pues de lo contrario, sería
omisa y, en consecuencia, cómplice.
En la revisión de la Cuenta Pública 2023, la Auditoría Superior de la Federación
(ASF) encontró diversas irregularidades en contratos en los Servicios de Salud de
Veracruz que suman casi mil 600 millones de pesos sin justificación, por lo cual,
ordenó iniciar 24 investigaciones contra funcionarios y exfuncionarios del
organismo, que abarca a la Secretaría de Salud estatal.
Varias de las irregularidades son conocidas para quienes hayan seguido las
denuncias que se presentaron -con poco eco- desde los partidos de oposición en
el Congreso del Estado durante el sexenio pasado: contratación por adjudicación
directa de empresas sancionadas y cuestionadas por prácticas corruptas, de
reciente creación, de giros diversos a los de la salud o bien cuyos “propietarios”
eran beneficiarios de programas sociales. Prestanombres, pues. En el mejor estilo
de las empresas “fantasma” del duartismo.
Eso, por no mencionar un sinfín de otras irregularidades documentadas al paso de
los tres titulares que tuvieron los Servicios de Salud de Veracruz durante el infame
sexenio de Cuitláhuac “la bendición” García: Roberto Ramos Alor, echado de la
dependencia tras evidenciarse que dejó caducar medicamentos oncológicos y hoy
“reivindicado” por su jefa política Rocío Nahle al frente del IMSS Bienestar en el
estado; Gerardo Díaz Morales, quien “flotó” en la dependencia hasta su
fallecimiento en 2023; y Guadalupe Díaz del Castillo Flores, última titular, a quien
le tocó cerrar la cortina y que jamás hizo nada para contener la sangría de
recursos cuyo operador tiene nombre y apellido: Jorge Eduardo Sisniega
Fernández.
Sisniega fue el verdadero “mandamás” en la Secretaría de Salud desde la
dirección administrativa. Dispuso a su antojo de los multimillonarios recursos
federales que le fueron transferidos, tuvo la potestad de entregar los contratos que
quisiera a las empresas de su elección –existieran o no-, reprimió a los
trabajadores del sector salud con hostigamiento laboral y hasta persecución
judicial. Todo con la venia del responsable último de éstas y otras trapacerías
cometidas contra los veracruzanos en el sexenio anterior: Cuitláhuac García
Jiménez.
En la actualidad, Jorge Eduardo Sisniega es un próspero empresario del sector
inmobiliario y, dicen los que saben, quien sigue moviendo los hilos en los Servicios
de Salud de Veracruz, donde dejó incrustados incondicionales que los actuales
administradores de la dependencia han sido incapaces –si no es que son también
cómplices- de neutralizar.
Por ello, habría que tomar con reservas el anuncio hecho este lunes por la
gobernadora Rocío Nahle en el sentido de que se presentaron denuncias por
desvíos del orden de los 200 millones de pesos detectados en la Cuenta Pública
2023 de los Servicios de Salud de Veracruz. Muy lejos de los mil 600 millones
reportados por la Auditoría Superior de la Federación. El Orfis, ya sabe, nunca “se
da cuenta de nada”.
“Yo estoy metida en el tema de la Salud y estamos revisando a fondo porque
encontramos muchas cosas que no estuvieron bien y lo tengo que decir.
La Auditoría Superior de la Federación nos hace observaciones fuertes”, reconoció
la gobernadora, quien adelantó que el contralor general del estado ya presentó las
denuncias. “Si hay daño patrimonial, se tendrá que llamar a rendir cuentas a quien
fue Secretario de Salud”, aseguró Nahle.
¿Será por eso que Jorge Eduardo Sisniega anda contratando servicios de
empresas de “reputación digital” para que bajen de los portales informativos las
notas que documentaron sus abusos?
Siguen usando a Regina
Con absoluta ligereza, varios medios de comunicación en Veracruz dieron por
hecho que el gobierno de Claudia Sheinbaum “reabrirá” el caso de la periodista
veracruzana Regina Martínez, asesinada en abril de 2012 y cuyo crimen sigue
impune.
“Sí, sí, lo retomamos”, fue lo único que le contestó Sheinbaum a la reportera de
Proceso que le preguntó este lunes si, precisamente, su gobierno retomaría el
caso.
Le “dio el avión”. Eso y nada, es lo mismo. Pero ¡qué padre se lee! ¿No?
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